lunes, 15 de diciembre de 2008

Esta es la portada del libro de la obra completa de Alejandra Pizarnik, ya se encuentra en venta .
Este es uno de sus poemas:

En esta noche, en este mundo
(Alejandra Pizarnik)
De «Textos de sombra y últimos poemas» (1971-1972 )
A Martha Isabel Moia

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la re-surrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe

no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se
ve lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible
sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he recorrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosotros!
mi persona está herida
mi primera persona del singular

escribo como quien con un cuchillo alzado
en la oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuara siendo
lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

los deterioros de las palabras
deshabitando el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder más

palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra licuefacción
y el perro de maldoror
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema

hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayúdame a escribir palabras
en esta noche en este mundo

sábado, 13 de diciembre de 2008

Natalia Hángel

Natalia Hángel suspira un cigarrillo con su rostro artaudiano.


La poeta y escritora Natalia Hángel pronunció estas palabras en la presentación del libro "Obra completa de Alejandra Pizarnik" el pasado 11 de diciembre en café librería " Este lugar de la noche".

Leamosla......



Para Lacan, el texto literario debía responder preguntas muertas, antiguas, sepultadas y vigentes. El texto, en Pizarnik, debía, y debe, ser un diálogo del yo con el inconsciente; las letras, en ella, configuran su alma, pero su alma no es estática, no permanece en estado pasmoso, sus letras apuestan por lo dinámico, por un lenguaje, semánticamente distinto, inmerso en el idioma universal, absurdamente racional. ¿Racional?, por supuesto, ya que al leer su obra en francés, o español, identificamos, de igual forma y con la emoción expuesta, el encuentro de la ausencia, del goce, de lo perfecto. Es claro que todo lo que se lee, se lee diferente, sin embargo, la lectura del texto poético, en ella, desentierra personajes que se han (o hemos) olvidado; ésta parece ser una literatura juvenil, por lo tanto, existencial, y archivada, argumentada en la postura moderna que deslegitima "lo adolescente", pues lo asume como moda y algo circunstancial, pero no como parte esencial del ser, como Pizarnik lo hace; sus preguntas ontológicas y teleológicas, para algunos, perduran y establecen lo verdadero; ella se hace extraordinaria, cuando crea, con su retórica, muchas veces lo escribe, el absurdo que hay entre lo real y la ficción. Esto no se logra con un lenguaje elaborado, arcaico, sino, con un lenguaje que nos significa, con un lenguaje que nos da sentido: "te remuerden los días/te culpan las noches/te duele la vida tanto tanto/desesperada ¿adónde vas?/desesperada ¡nada más". Pizarnik nos habla desde su silencio, con una lengua incrédula, en busca, siempre, de la perfección. Por medio del lenguaje se construye, se re-conoce: "No comprendo el lenguaje y es lo único que tengo. Lo tengo sí, pero no lo soy". Habla cuestionando, respondiendo, con temor; el silencio se convierte en aliado y verdugo, pues el silencio quizá sea lo perfecto, el lugar idílico, soñado, el fin de la búsqueda. Niega, constantemente, la alineación del sujeto, ya que como remedio a ésta escribe la pregunta, el deseo de saberse siempre, de asumir el verbo en la carne, de existir por la enunciación. Escribe nuestro yo como imaginario, pareciera un referente que la cuestiona, para así establecer el diálogo con el otro, nosotros, y al revés. Sin embargo, ella no cierra o termina este diálogo, permanece abierto, en constante movimiento, es en el lenguaje ambiguo, en las posibilidades, en la dicotomía muerte-vida, amor-soledad, silencio-fin. Su poesía acepta la melancolía del ser como respuesta a la fatalidad que produce la vida. "He llamado, he llamado. He llamado hacia nunca".

miércoles, 10 de diciembre de 2008

ALEJANDRA PIZARNIK: UNA VOZ

Presentación del libro en el Café libro "Este lugar de la noche", Calle barranquilla frente a la Universidad de Antioquia

Cristina Piña en Poesía y Experiencia del Límite: Leer a Alejandra Pizarnik


Y sin embargo, a pesar de las palabras prestadas, los procedimientos reiterados. La cercanía a otras búsquedas. Los ecos personales constantes, la alusión repetida a su obra por parte de sus contemporáneos y de los poetas de la generación posterior, su obra sigue recortándose como algo de inagotable seducción, una especie de cámara oscura en la cual. más allá de mostrársenos significados propios y presentársenos estructuras verbales peculiares, se nos interroga como lectores, poniéndonos en contacto con ciertas zonas centrales de nuestra experiencia profunda de lo real: el miedo, la sexualidad, la muerte, en suma, eso que la vida cotidiana expulsa a un lugar excéntrico, fuera de la escena, y que su poesía, su prosa, convocan a través ya de la alusión y la ausencia, ya de la fulgurante exhibición.

Y lo más poético de los Diarios:

23 de septiembre de 1954

Quebrada en el diván asisto inquieta y divertida a la ilógica ansiedad que salta dentro de mí. El temor al futuro me previene sigiloso: ¿qué será de mí?

…El presente truhán y bohemio no admite amonestaciones verdosas y macilentas. Los anhelos vierten su sed infinita en mi cáustica, desconcertada interioridad.

Junio de 1955

Soy un signo de interrogación rodeado de ojos y de fuego. Mi base es un cenizero [sic]. Mi cabeza es humo que asciende en ondas grisazuladas.

La viudez de mi destino enmarcó mis huesos. Tengo lo oscuro que vaga silbando en mis aterrorizadas vísceras. Tengo la jocosa maraña de inimaginables plebiscitos artísticos. Tengo la burda emboscada de mi ardor innato. Y tengo mucho más que no digo pues pues ya es tarde. Muy tarde. Tengo dieciocho años.

5 de julio de 1955

Heredé de mis antepasados las ansias de huir. Dicen que mi sangre es europea. Yo siento que cada glóbulo procede de un punto distinto. De cada nación, de cada provincia, de cada isla, golfo, accidente, archipiélago, oasis. De cada trozo de tierra ode mar han usurpado algo y así me formaron, condenándome a la eterna búsqueda de un lugar de origen. Con las manos tendidas y el pájaro herido balbuceante y sangriento. Con los labios expresamen

DIARIOS (Alejandra Pizarnik)


1962

(21 de julio)

Soñé que una mano de alguien estaba en el mismo lugar que vi mi mano cuando el exceso de dicha me hizo despertar.

Lo que no perdono -¿a quién’, ¿en dónde?- es la ruptura entre cualquier estado mio de alegría y otro de pesar. Estar alegre es negarme con todo lo que soy a admitir la existencia del azar, de la muerte, del odio, de la venganza … Me siento inmune, acorazada, protegida por hombres, ángeles y astros. De la misma manera cuando sufro: no hay horror que no se introduzca en mi vasto campo de experimentación lacrimal, y lo que no es horror se transforma, se ennegrece, se oxida, por una especie de ósmosis infernal en la que yo --tocada con un bonete con estrellas- maléfico, conjuro, evoco, las gracias del mundo circundante para que adquieran bordes filosos y daninos. Esto que acabo de escribir no es más que retòrica.

( 12 de Agosto )

Esto que he escrito es la primera versión de mi infierno personal. Lo aclaro para mi propia claridad. Yo no escribo para nadie. Lo haría si se pudieran publicar libros en un papel que matara a todos los lectores. Pero aún así. ¿Cómo llegaría a los que no leen? Porque si hubiera una manera de hacerlos saltar a todos, de exterminarlos tanto como yo deseo, no me detendría ante ningún medio. Hasta les haría sonetos y liras para que introduciéndoselos donde ya saben revienten alegremente en el espacio de unas pocas horas.

Luego quedarás tú, con tu amor imposible, flameante, enardecida, cabalgando un caballo negro, muchacha desnuda irrumpiendo en la playa, de noche, corriendo con el sonido del galope y del mar y del corazón y gritando el nombre de quien amas con una precisión salvaje, hasta que suscites rayos y tinieblas y el abismo abra a tus pies su magnífica boca y todo vuelva al caos primordial.