lunes, 16 de marzo de 2009

Dichosos esos frailes que, al final de la Edad Media, corrían de ciudad en ciudad anunciando el fin del mundo. Poco les importaba que sus profecías tardaran en cumplirse. Podían desmandarse, dar rienda suelta a sus terrores, descargarlos sobre las muchedumbres; terapéutica ilusoria en una época como la nuestra, en la que el pánico, introducido en las costumbres, ha perdido sus virtudes.
Para dominar a los hombres hay que practicar sus vicios y añadir a ellos alguno más. Véase el caso de los papas: mientras fornicaban, practicaban el incesto y asesinaban, dominaban el mundo y la Iglesia era omnipotente. Desde que respetan sus preceptos, su poder se degrada: la abstinencia, lo mismo que la moderación, les ha resultado nefasta; convertidos en personas respetables, nadie les teme ya. Edificante crepúsculo de una institución.

Emil Cioran

Nos echan a este mundo, y nadie nos ha preguntado si queríamos nacer, nadie nos previene de lo que nos espera, ingenuo pensamiento el que dice que la vida es un don, algo que deberíamos agradecer cada día que nos despertamos y cada día que pasamos y seguimos aquí... Yo pienso (y empiezo a pensar que pienso demasiado) que también puede ser una carga, una pesada carga, que día a día algunos de nosotros llevamos encima sin poder quitárnosla, pero deseando hacerlo. No estoy loco, nadie debe juzgar que mi lucidez significa locura, ¿o quizás sí?, y por eso los cuerdos están en el manicomio. Lo he intentado, claro que lo he intentado, pero la ¿gracia? del asunto es que he fracasado... Así que aquí sigo, sin saber muy bien qué hacer. Una de las cosas que tengo más claras, es que la sociedad tal como es ahora, no me gusta, vivo en ella porque no me queda otro remedio, y porque al mismo tiempo que la aborrezco, la necesito para subsistir. Pero no me gusta, quizás en lugar de ¿avanzar? tanto en el campo de la tecnología, de la ciencia, del consumismo,... Deberíamos pararnos en seco y mirar atrás, mirar lo que vamos dejando a nuestra espalda, recapacitar y meditar en si realmente estamos siguiendo el camino correcto, o por el contrario, estamos destruyéndolo todo a nuestro paso como Atilas de pacotilla. Mi pesimismo, como le llaman los demás, o lucidez, como le llamo yo, es una pesada carga que tampoco pedí llevar. Es difícil vivir así, y casi merezco una medalla por, a pesar de todo esto, seguir levantándome cada día, ir al trabajo y colaborar en algo que no deseo que siga así, sino aniquilarlo. La aniquilación es renovación, porque al final de ella, la vida (esa eterna inmortal) vuelve a resurgir... Si tuviese el poder, destruiría al hombre, limpiaría de la tierra su huella y la dejaría libre para que la naturaleza recupere lo que siempre ha sido suyo. Y quizá, en un futuro lejano, la evolución haría que un nuevo ser inteligente poblara este planeta. Porque no considero que el hombre sea un ser superior, ni inteligente, creo que es un ser peligroso por su gran (casi ilimitada) capacidad de contaminación. Y su carente capacidad de creación, allí donde toca, la caga. Dejando un montón de mierda a su paso.

E. Cioran

viernes, 13 de marzo de 2009

" Me seducen las distancias lejanas, el inmenso vacío que proyecto sobre el mundo. Crece en mí una sensación de vaciedad; se infiltra en mi cuerpo como un fluido ligero e impalpable. En su avance, como una dilación hasta el infinito, siento la presencia misteriosa de los sentimientos más contradictorios que ha acogido jamás el alma humana. Soy feliz e infeliz a la vez. Estoy exaltado y deprimido, desbordado por el placer y la desesperación en la más contradictoria de las armonías. Estoy tan alegre y tan triste que en mis lágrimas se reflejan el cielo y la tierra al mismo tiempo. Aunque sea solamente por la alegría de mi tristeza, querría que no hubiera más muerte en esta Tierra. "

Emile Cioran



1719
Dios es un dios celoso:

no tolera

que juguemos - sin él -

uno con otro.


José Manuel Arango

El fondo metafísico de la nostalgía es comparable al eco interior de la caída, de la pérdida del paraíso. Un español siempre da la impresión de que echa de menos algo. Por supuesto, lo significativo es la intensidad con que eso se siente. La melancolía es una especie de tedio refinado, el sentimiento de que no se pertenece a este mundo. Para un melancólico, la expresión "nuestros semejantes" no tiene ningun sentido. Es una sensación de exilio irremediable, carece de causas inmediatas. La melancolía es un sentimiento profundamente autónomo, tan independiente del fracaso como de los mayores exitos personales. La nostalgia, por el contrario, siempre se aferra a algo, aunque solo sea el pasado.

Emile Cioran

Es mucho más fácil avanzar con vicios que con virtudes. Los vicios, acomodaticios por naturaleza, se ayudan, son indulgentes unos con otros; en cambio las virtudes, celosas, se combaten y se anulan, y muestran en todo su incompatibilidad y su intolerancia.
E. M. Cioran

No existe un dios, no existe un diablo, estamos solos ante nuestro destino y de él deberíamos ser dueños, pero no es así, nos imponemos normas, absurdas en su mayoría para dominar la vida y las acciones de los demás. No existe un dios, no existe un diablo, porque si así fuese, ya se hubiesen encargado de destruir la humanidad, en vista de lo imperfecto de su naturaleza. El hombre es un gran fallo en la naturaleza, una imperfección, un virus que mata poco a poco. Quizás existan, y quizás no lo destruyen ¿porqué quién creería entonces en ellos?, ¿cual seria la razón de su 'existencia', ya que el hombre es el único ser 'racional' sobre este planeta que puede crear y creer en cosas irreales como entes superiores, ¿quién entonces iba a creer en ellos?, ¿quién iba a adorarlos y a alimentar su vanidad?.

Emile Cioran

jueves, 12 de marzo de 2009




"Los sabios antiguos, que se daban la muerte como prueba de su madurez, habían creado una disciplina del suicidio que los modernos han desaprendido. Volcados a una agonía sin genio, no somos ni autores de nuestras postrimerías, ni árbitros de nuestros adioses: el final no es nuestro final: la excelencia de una iniciativa única - por la que rescataríamos una vida insípida y sin talento- nos falta, como nos falta el cinismo sublime, el fasto antiguo del arte de perecer. Rutinarios de la desesperación, cadáveres que se aceptan, todos nos sobrevivimos y no morimos más que para cumplir una formalidad inútil. Es como si nuestra vida no se atarease más que en aplazar el momento en que podríamos librarnos de ella. "

Emile Cioran

1322

Una cinta de seda
no te salvará del abismo:
lo hará una soga. Pero
-como souvenir- una soga
no es bella.

es te digo no obstante, cada paso una trampa,
cada parada un pozo.

Di, pues, lo que prefieres: soga o cinta.
son módicos los precios.

José Manuel Arango

Versos en tiempos de farándula, silicona y crisis económica mundial.

"La poesía está con nosotros, no sólo en las artes, sino en nuestra cotidianidad. A esta musa hay que saber encontrarla, aunque los tiempos que corren hagan que nuestra mirada pase muy ligera por encima de las cosas. Y no nos permite incluso mirar la maldad y las trampas que se colocan a nuestro alrededor. Vivimos un tiempo de ‘toma el dinero y corre’, del ‘sálvese quien pueda’ y eso favorece poco lo que pueda decir la serenidad y la reflexión".

Joan Manuel Serrat

Un homenje a las pequeñas cosas.... Serrat

"Como un ladrón

te acechan detrás de la puerta.

Te tienen tan a su merced

como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí,

que te sonríen tristes y

nos hacen quelloremos cuando

nadie nos ve."

martes, 3 de marzo de 2009


Entrego mis pertenencias a la nada y desde ellas me revuelco en las llagas de su ceniza. Este reo se escapó. Atajó su presente en el instante y los segundos metafísicos ya no corren. ¡Anda vida ingrata! Deshecha mis fantasías, que yo las reciclaré y las pondré junto al cuchillo que no logras enterrarme.

Aún me levanto, desordeno mis pensamientos y el resultado es la avería de mi programación. Se pixela. A veces vienen colores intensos que me envuelven y me dilatan las pupilas en una locomotora. La carretera está desierta, ningún auto se detiene a ayudarme y tengo ampollas en los pies. Pero me acuesto en el asfalto y miro el cielo tranquilamente. ¡Qué importa si el trayecto desapareció! Si debo mendigar un plato de comida que al fin y al cabo me pertenece. Si el terremoto me desequilibra y debo esquivar los escombros que caen del techo.

Las calles ¡JÁ! Ese cuadro inmóvil; Esa corriente con chatarra y carne uniformada. La acojo, me la inyecto. ¡Los huesos se entrecortan! ¡La respiración cruje! ¡Sangre en el estómago! ¡Hambre ácida! ¡DEJA DE PENSAR IMBÉCIL! ¡RÍNDETE! La esperma de tu vela no sirve para la luz. Todo es oscuridad. Pero reposo en la cima de una montaña y el vacío del firmamento me llena; Pero escucho el susurro de las ramas en el bosque y su caricia me devuelve los matices; Pero me dejo llevar por un río. ¡JA! Y la orilla no me importa.

Tus garabatos impredecibles no bastan. El revólver que tengo en frente no me intimida. ¿Quieres erradicar este cultivo ilícito para sembrar flores imaginarias? ¡Pues dile a tus espectros que quebraré el espejo y vagaré herido! Tendrán que torturarme len-ta-men-te y sin piedad.

¡NO PIDO PERDÓN! Continuaré con mis gritos. Abriré las puertas muro sin importar cuán largo sea el corredor. ¡Traicionera! Corta la soga de las escaleras eléctricas; Detén la soga; Reemplaza mis huellas con un acantilado; Tira las pistas al tóxico. ¿No puedo editar la película? Pues entonces deberé escarbar en la tierra hasta encontrar otra semilla o mi ataúd.

¡LO REITERO! No estoy dispuesto a entregar el alma que no es mía. Es salvaje, indomable. Las agujas que colocas en el sendero me las saco con los colmillos y hago collares. También turbinas. Con ellas surco la música. Bailo sobre este charco de lágrimas.

¡Esta proyección es solemne! ¡Esta soledad es solemne! ¡Crezco en el amanecer! ¡Crezco en el ocaso! ¡Crezco en la roca! Quemo esta ropa y me fumo el ripio. ¡Soy humo! No poseo forma. Me expando, me desvanezco, me desintegro pero ahora floto en tus circuitos. Estos cables, estos tuercas, estos botones, estos controles ¡Este puto engranaje no sirve para nada ¡PARA NADA!

Hago una jodida fiesta. A sabotear. Los invito a todos. Escupan a sus patrones. Pateen a los profesores, a los policías. No nos olvidemos de llenar la piscina de mierda y arrojar al presidente y su gabinete. De desnudarnos y hacer el amor y toda la noche. Mientras los sacerdotes se esconden a lavarse el culo con agua bendita para expiarlo del pecado.

¡No estoy sucio! Exilio a dios y su proceso hipócrita. Que se lleve su balanza adulterada y los documentos criminales que acumula para el juicio fascista. ¡Que nos devuelva la tierra usurpada por sus patéticas promesas!

Derrumbar la pared etérea; Desechar la materia inútil; Cortar cada hilo manipulador; Resetear las cartas y lanzarlas al aire; Profanar los lugares prohibidos; Corromper el espíritu; Desolar la propiedad privada; Desbocar al inconsciente; Embriagarnos con el ocio; Olvidar el porvenir; Extraviarnos en la bruma; Saborear la intensidad y las cicatrices; DESTRUIRLO TO-DO.


Mauricio Manco.