viernes, 25 de septiembre de 2009

LIBRO EN VENTA

"La miseria de la expresión, que es la miseria del espíritu, se manifiesta en la indigencia de las palabras, en su agotamiento y degradación: los atributos merced a los que determinamos las cosas y las sensaciones yacen finalmente ante nosotros como carroñas verbales. Y dirigimos miradas llenas de nostalgia al tiempo en el que no desprendían más que un olor a cerrado. Todo alejandrinismo proviene finalmente de la necesidad de airear las palabras, de prestar a su marchitamiento el suplemento de un refinamiento alerta; pero acaba en un agotamiento donde el espíritu y el verbo se confunden y descomponen. (Etapa idealmente postrera de una literatura y de una civilización: imaginemos un Valéry con el alma de un Nerón...)

Mientras nuestros sentidos frescos y nuestro corazón ingenuo se reencuentran y deleitan en el universo de las calificaciones, prosperan el azar del adjetivo, el cual, una vez disecado, se revela impropio y deficiente. Decimos del espacio, el tiempo y el sufrimiento que son infinitos: pero infinito no tiene más alcance que: hermoso, sublime, armonioso, feo...¿Quiere uno restringirse a ver el fondo de las palabras? No se ve nada, pues éste, separado del alma expansiva y fértil, es vacío y nulo. El poder de la inteligencia se ejercita en proyectar sobre él un lustre, en pulirlo y hacerlo deslumbrante; este poder, erigido en sistema, se llama cultura, fuego de artificio sobre trasfondo de nada."


EMILE MICHEL CIORAN

martes, 22 de septiembre de 2009

Trabajo visual sobre la obra de Cioran...en cinco partes.

“El tiempo puro, el tiempo decantado, liberado de acontecimientos, de cosas y de seres, sólo se muestra en ciertos momentos de la noche, cuando uno lo siente avanzar, con la única preocupación de ser arrastrado hacia una catástrofe ejemplar”.

Cioran

RESEÑA



MARGINALIDAD FILOSÓFICA DE CIORAN
Emilio Cioran: creencias y esperanzas de un escéptico
María Dolores Jaramillo
Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2002 (178 pp.)




Émile Michel Cioran, filósofo rumano que dejó su país y su familia para empeñar su existencia en la faena de escritor, llegó a París huyendo de totalitarismos e ignorancia. Fue un pensador marginal, siempre viviendo en la tangente, riendo y escribiendo. Fue un filósofo con una personalidad y una obra atractivas. A pesar de ello, en Colombia se lo ha estudiado poco, casi nada. Para tratar de llenar este vacío ha salido a la luz pública el libro Emilio Cioran: creencias y esperanzas de un escéptico, producto sublime de la profundidad investigativa de María Dolores Jaramillo. Ella caracteriza a Cioran como un promotor de la nueva filosofía, dueño de una sabiduría escéptica que compartía y, ante todo, un hombre libre en su labor intelectual. Sin embargo, Jaramillo dice que es «un autor desconocido en Colombia». Para los lectores de Cioran, este libro nos cae muy bien, porque nos aclara el panorama sobre aquel filósofo marginal: sin dogmas, sin escuela, sin moda, sin religión, pero abierto a lo múltiple y mudable.
El libro está conformado por nueve ensayos, escritos en una prosa clara y con un orden impecable, sin abusar de las citas y con un discurso propio. Además, contiene tres reseñas bibliográficas basadas en tres textos monográficos que tratan de la vida y obra de Cioran. Este conjunto de estudios y análisis representa la senda que ha recorrido Jaramillo: de simple lectora a investigadora rigurosa, de su perplejidad ante las letras a la búsqueda de lo ignoto detrás de los textos. Sus ensayos tratan diversos aspectos de la marginalidad filosófica de Cioran y su consecuente obra, su escritura asistemática. Sus reseñas tratan de destacar el interés que ha despertado la vida y obra del filósofo rumano, principalmente en el ámbito francés y en unos cuantos estudiosos colombianos.
En el primer ensayo, la autora centra su interés en el tema de la lucidez humana como sendero libertario. El Cioran lúcido se expresa en fragmentos filosófico-literarios, casi aforismos, en los que manifiesta su pensamiento al margen de las costumbres y la sociedad. Un Cioran lúcido por escéptico (aun cuando no tanto como los antiguos griegos), que cree en la duda, en la libertad de pensamiento, en la vida y en el error de la historia humana. Sus creencias son diferentes, son esperanzas de un marginal, pero el pensador rumano siempre parte de una actitud suspicaz. Y así trata otros temas como el suicidio, el destino, el fanatismo, el budismo y la pasión intelectual como consecuencia de la lucidez. En el segundo ensayo, la investigadora subraya las características del filósofo que propone Cioran: la honradez intelectual, la perplejidad ante la historia, el librepensamiento, la marginalidad, el análisis crítico de lo dominante y la revolución reflexiva. Es decir, que «Cioran asigna al filósofo el rol de desengañar y cuestionar» (p. 58). Ya en el tercer ensayo, la autora muestra su conocimiento literario para establecer una cierta relación entre Dostoievski y Cioran, en lo que respecta a la noción y práctica de la libertad.
En el cuarto ensayo, María Mercedes Jaramillo hace una labor metacrítica al examinar con su lupa analítica los estudios críticos aplicados a Cioran. Para la autora, hay muchos prejuicios y estigmas frente al pensamiento marginal del escritor rumano, «malcomprendido y falsificado» porque se le aplican los epítetos descalificadores de «agnóstico, pesimista y suicida». Toma el ejemplo de la crítica hispánica, que explaya sus presupuestos católicos sobre la obra marginal y atea de Cioran. Sin embargo, es necesario recordarle a Jaramillo que en toda interpretación siempre van a estar presentes los prejuicios del intérprete, tal como nos lo enseña la hermenéutica filosófica. En el quinto ensayo, la investigadora establece una polémica con Darío Botero Uribe, en lo que corresponde a la crítica demoledora de este último que ve en Cioran a un nihilista y pesimista, adjetivos que la autora no ve con buenos ojos. El choque es más palpable en cuanto al tema de la utopía, de la que Cioran hace una fuerte crítica que Darío Botero ve como nihilismo. A este concepto la maestra Jaramillo contrapone un humanismo cioraniano y un interés por la historia muy patente en el filósofo rumano. Ya en el sexto ensayo, la investigadora recalca la importancia del aforismo como forma de manifestar la sabiduría, el sentimiento y la filosofía. Es la brevedad que se contrapone al tratado sistemático tradicional; es el aforismo como lenguaje coloquial, directo y claro. Para ello toma como ejemplo los aforismos de un libro de Cioran, en el que el filósofo rumano piensa que «más que la muerte, el nacer es el inicio de todos los males» (p. 125).
En el séptimo ensayo, la autora explora el concepto cioraniano de historia: «La suma y secuencia de costumbres, modos de vida y utopías; conceptos que construye el hombre y trata de imponer a otros hombres» (p.134). La historia para Cioran es la oscilación entre sometimiento o liberación, y en esta visión dialéctica el escritor rumano nos exhorta a desencadenar nuestro espíritu para que fluctúe sin obstáculos por el universo cíclico. A pesar de esta actitud libertaria, el desencanto de Cioran se manifiesta en su profecía: «El único futuro de la humanidad es la catástrofe» (p. 132). En el penúltimo ensayo, la autora muestra similitudes y diferencias entre Borges y Cioran: ambos leyeron con interés crítico a Nietzsche, usaron la ironía en su obra, buscaron saber de otras culturas y por eso les llamó la atención el budismo. Pero Borges les abre espacio al mito y a la ficción literaria, mientras que Cioran duda de lo mágico e imaginario; Borges nos introduce en un laberinto colmado de símbolos, y Cioran nos cobija con aforismos y aperturas filosóficas. En el último ensayo se muestra el sentido que Cioran da al término «reaccionario»: lo contestatario que deconstruye lo tradicional y dominante. Así las cosas, el pensamiento y la escritura de Cioran son reaccionarios, porque él se margina de los cánones establecidos por la historia oficial del pensamiento occidental.
La última parte del libro está dedicada a reseñar de manera breve pero crítica tres obras dedicadas a Cioran. La primera recensión está basada en el libro Itinéraires d’une vie: E.M. Cioran, del editor rumano Gabriel Liiceanu, que aporta «abundante información biográfica» que, según la investigadora, nos ayuda a comprender la coherencia entre pensamiento y vida que se observa en Cioran. La segunda reseña tiene en cuenta un estudio filosófico sobre el pensamiento de Cioran que realizó Freddy Téllez y que él tituló En torno a Cioran. Este libro es visto por la autora como un valioso aporte colombiano al estudio de la obra cioraniana, pues se atreve a relacionar al rumano con los cínicos griegos, muestra el escepticismo como «coraje intelectual» frente al establecimiento y la risa cioranesca se reconoce como elemento importante de la nueva filosofía. La última reseña se basa en el libro Cioran, l’hérétique, de la escritora e investigadora francesa Patrice Bollon, quien centra su interés en «las declaraciones y adhesiones juveniles de Cioran al fascismo rumano». Como se ve, María Dolores Jaramillo manifiesta su perseverancia investigativa al estudiar con cuidado tanto la amplia bibliografía europea sobre Cioran, como los escasos libros dedicados a este filósofo en Hispanoamérica, sobre todo en Colombia.
A todos aquellos lectores que buscan alternativas de pensamiento les conviene mirar con cuidado el libro Emilio Cioran: creencias y esperanzas de un escéptico, de María Dolores Jaramillo. Esta investigadora nos propone un filósofo rumano abierto a la multiculturalidad que expresa su pensamiento en aforismos, fragmentos y párrafos breves, con lo cual «señala el camino a una nueva filosofía». Pero lo que más destaca la autora en Cioran es su pasión intelectual, su constante deseo de sabiduría, su incansable búsqueda de conocimiento en las diversas fuentes del mundo: los libros, los contertulios, las calles, los parques y los cafés. Siempre lejos de la seriedad académica que no permite la carcajada ni el sarcasmo, sino que limita el pensamiento. Cioran nunca renunció a su lucha independiente por la liberación intelectual, así ésta le trajera como consecuencia la marginalidad filosófica y todo lo que ella implica. Sea bienvenido a nuestro ámbito cultural este libro sobre un pensador ignoto, casi perdido en el tiempo.


John Rozo Mila

sábado, 19 de septiembre de 2009

Video de estudiantes del Instituto Universitario de Bellas Artes para Taller Creativo II

Video de los estudiantes de periodismo de la Universidad de Antioquia para el noticiero interno De la Urbe T.V.