viernes, 23 de enero de 2009


Óleo de José Manuel Arango

VIENDO DORMIR AL HIJO

1

Qué bello cuando duerme:
de costado, una rodilla recogida,
indefenso.

La mano palma arriba
abierta,
el pelo enmarañado.

2

Pero ahora comienza a agitarse.
La respiración se le ataranta.
Es que sueña.

3

Y esa queja en el sueño,
desconsolada:
¿en qué sueña?
¿de qué se duele?

Yo que soy su padre,
no sé de qué se duele.

4

Es sobre todo, hermosa
su mano palma arriba:
abierta,
vacía.

José Manuel Arango

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