jueves, 26 de febrero de 2009


Pavana para una difunta

A Alejandra Pizarnik

Pequeña centinela,
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel blanco
Ellos eran la legión.
legión encranizada era su nombre
y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta
el último hilván,
arrinconandote contra las telarañas voraces de la nada.
"El que cierra los ojos se convierte en morada de todo universo.
El que abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar."
Insimnios como túneles para probar la inconnsistencia de
toda realidad;
Noches y noches perfordas por una bala que se incrusta
en lo oscuro,
y el mismo ensayo cde reconocerte al despertar la memoria
de la muerte:
esa perversa tentación
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
.........

Olga Orozco

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